martes, 2 de julio de 2019

Re:Zero if oboreru (Ruta de la ira) cap 6


Re: Zero -  If Oboreru

- Re: Ahogando la vida en otro mundo desde cero.
Todos los derechos le pertenecen a Tappei Nagatsuki, el autor original de Re: Zero Kara Hajimeru Isekai Seikatsu , está es una traducción hecha por un fan para fans, sin fin de lucro alguno.

Traducido por: Amatsuhito Mikaboshi

Corrección y detalles: ((Stalyn))

Fecha de publicación:  de Julio del 2019.

Capítulo 6

"――――



Con los ojos entrecerrados, Halibel dio una mirada al cadáver de aquel hombre caído.



"Habilidad digna de elogio."



El cadáver de ese anciano carecía de rigidez en sus manos y pies, Además, su cabeza había caído sobre una alfombra, que no había podido leer el ambiente. Aquel cadáver era como cualquier otro cadáver, que había perdido su vida de forma natural, y era por eso que podía llamarse un cadáver artísticamente hecho.(Nota: "una alfombra que no podía leer el ambiente" es una metáfora refiriendo a que el lugar del fallecimiento, no era acordé para la situación.)

Pero a fin de cuentas el cadáver no era más que un cadáver, "verlo como si fuera algo asombroso", no podría ser juzgado de esa manera, ya que después de todo no era un pasatiempo en el cual él se entregará.



"Oh, Ouueh... Eh."



Al ver como el cadáver se desangraba, el tipo que se encontraba sentado en el trono mantuvo su boca firmemente cerrada.

Ya había visto el momento en que una persona se convertía en un cadáver, muchas veces, en realidad. Pero, como tenía un temperamento sensible, no mostraba signos de haberse acostumbrado a él realmente.



“Después de haberlo ordenado, actuando de esa manera hacia el muerto, ¿Acaso eso no sería considerado, en definitiva, como una ofensa? No lo digo porque quiera acostumbrarme a los cadáveres, pero tal vez deberías al menos tratar de evitar crearlos, ¿No le parece?”



"Al igual que tú... No estoy matando por diversión... Es sólo que… Ni siquiera pude verlo correctamente, pero de todos modos tener que estar en una situación así, más aparte de eso..."



"Eso es estarte engañando a usted mismo, ¿No le parece?".



Ante su jefe, que estaba sosteniendo un pañuelo delante de su boca, luchando contra las náuseas, las palabras de su colega no le hicieron ninguna gracia.

Por supuesto, el que estaba al lado a su derecha era... Al lado de Cecilius. El hecho de que su empleador no mostrara furia ante esto era la evidencia de que sabía que sus acciones tenían las marcas del engaño.

Mientras mira al joven cuyo rostro se había vuelto tan pálido como el de este cadáver, Cecilius, con la frase "bueno, de todos modos", siguió hablando. Aunque su mirada seguía situada en el cadáver, de ese pobre anciano ya caído.



“Esa contradicción tuya me parece algo extraña” dijo, “una conversación que se veía tan tranquila se termina con una orden repentina de "asesinato", eso me sorprendió un poco, jefe. Espero que al menos sienta algo de remordimiento"



Mientras hablaba de tal manera, Cecilius con una insatisfacción termino por hinchar sus mejillas. Pero claro, ese no era un comportamiento muy apropiado para un hombre de veintitantos años, aunque debido a la apariencia y mentalidad que ostenta, las cuales parecían encajar bien juntas. Al final, terminaba por verse bien.

Cómo de costumbre, su tipo de belleza única, era lo que le permitía que ocurriera esta conducta.

"Bueno, de todos modos" como Cecilius había dicho ya, el chico en respuesta volteo su mejilla.



“Acaso, ¿no te lo dije? No quise que lo mataran. Como se lo dije, quería creer en él. Incluso no pude percibir algún rastro de mentira en su rostro.

"Entonces, ¿por qué?"



"A pesar de que no parezca que estén mintiendo, a final de cuenta los mentirosos mentirán después de todo.”




Al ver como Cecilius, el cual lo miraba, mostraba una cara de sorpresa, el chico que se arrodilló en el trono se terminó por morder el labio.



En esa vida terriblemente corta, se podía ver una voluntad inquebrantable.

¿Qué es lo que había sucedido en el pasado de este chico? Halibel y Cecilius no lo sabían.

Pero ambos creían que, en el pasado de este chico, algo terrible debió haber ocurrido.



"Sonriendo, y actuando de manera amistosa" Con unos dedos que una vez lo trataron con amabilidad, y con los labios debieron haber escupido odio y malicia. De esa manera, alguien debió haber sembrado la duda y el dolor en su corazón.

Un pasado como ese, debió haberle enseñado a este chico.



“Primero corta los brotes, luego quiebra las ramas". Así nunca seré engañado dos veces".(Nota: "cortar los brotes, quebrar las ramas" Es un proverbio que significa deshacerse del problema desde la raíz o desde sus orígenes.)



De forma apretada, el chico se apoyó sobre su propio hombro, para luego incrustar sus uñas sobre su cuello. Esas uñas que podían verse como estaban entrando despiadadamente, la piel que se rasgaba, y la sangre que rezumaba era verdadera. Esto era, para él, un ritual necesario para poder mantenerse, los subordinados que habían estado con él hacía ya mucho tiempo sabían de esto, pero nadie podía detenerlo.

Como si de pronto estuviese satisfecho con el dolor, el chico paró, para luego, levantarse lentamente del trono.

“El cadáver, limpialo y luego entiérralo. También envía a alguien a su tienda. Todo debe ser confiscado, y si los siguen, no los traten mal. Pero si se niegan, entonces purguen a la familia y quemen la tienda. Cuando terminen la toma, manden un saludo al siguiente a cargo y sigan con el plan. Con esto, se decidirá si debo destruirlos o no".



Con un tono calmado, el chico verificó que los que estaban en la habitación pudieran oírlo.

Para cualquier persona, y no solo eso, sino también para cualquiera miembro, esta era una orden audaz de hacer.

Estas solicitudes, que no se preocuparon por el proceso, sino que solo con el resultado, hicieron que el grupo funcionara bien. Al centrarse en los logros del grupo, y no en el de una persona, se podía lograr mantener la fortaleza perfecta de la organización.



Y si alguien que se arriesgó produjo un fracaso, sería también de esta manera en cómo se reduciría el riesgo de perderlo todo, ya que, con el poder de todos, se lleva a cabo un trabajo. Era como el ambiente ideal de un trabajo.



── Como, por ejemplo, familia, amante, riqueza, vida, y muchas otras cosas.



Aferrarse a la seguridad de esas cosas como garantía, de eso se trataba el trabajo de este chico.



El "Rey de la Purga", como lo llamaban y lo temían, está fue la forma de luchar de este chico tímido.



"Jefe, olvidaste tu abrigo."

"Ah, gracias."

De pie, detrás de ese chico que se dirigía a la puerta, Halibel le puso suavemente un abrigo negro sobre los hombros.

El cual solo cubría ligeramente en los hombros, también añadió una palabra de recordatorio, pero.. Inmediatamente después de eso, los bigotes de Halibel se adormecieron por la intención de matar detectada. En esa intensidad, Halibel bajó los ojos.

La fuente de esa intención, que no necesitaba porque verificar, se trataba del chico frente a su vista.



Que lo haya detectado, probablemente fue porque él había estado tan solo detrás del chico.



"... Halibel-san, no quiero matarte."



"Jajaja, entonces simplemente no puedes matarme. En vez de eso, solo trata de usarme bien "



"Pero tener que ser incapaz de controlar una herramienta, y destruirme con ella, ¿no sería ese el peor de los casos?”



Murmurando para sí mismo, reflexionando sobre los métodos para matar al ayudante que tenía delante de si, el chico se puso el abrigo.

Esas palabras de queja se esfumaron rápidamente, pero las palabras del chico no eran una broma.



Si fuera viable para él, trataría de matar a Halibel.

Era simplemente que, el esfuerzo necesario para matar, la necesaria preparación que para matar y los problemas causados ​​después del asesinato, eran simplemente lo que lo habían inclinado a este chico a no matarlo, eso era todo.

"Jefe, jefe. Estas ofrendas que trajo esa persona, ¿a dónde deberían ir?”



“Esos bienes ofertados…  sus contenidos, ¿qué eran?”



"Los contenidos fueron... Ah, hay una piedra mágica. "¿De dónde fue que aprendieron los gustos del jefe? Habían venido prestando mucha atención, en verdad ahora siento aún más pena por ellos".



"Cortarle la cabeza fue idea de Cecilius, así que..."



En la entrada de la habitación, el chico que fue nombrado torció las mejillas. Y ante esa ventosa actitud de Cecilius, él solo atinó a suspirar.



“Te pediré que envíes la Piedra Magica a mi habitación. Con el resto, hagan de ellos como a todos ustedes les guste".



“Sí, sí, en definitiva, entendido. Ah, cierto, jefe.”



“¿Qué cosa?."



Ese jefe que estaba haciendo sonidos infelices, debido a ese chico Cecilius.

“Esos círculos oscuros, son bastante severos. ¿Quizás deberías dormir suavemente al lado de la princesa por un tiempo?"

A las palabras de Cecilius, la lengua del chico se soltó con unos sonidos cargados de molestia. Ante eso Cecilius solo se rió, pero a su alrededor esos otros hombres se congelaron con tensión en sus cuerpos. Era posible que, debido a esa molestia, se pudiera ordenar que se lleve a cabo el asesinato de Cecilius.

Por supuesto, en esta situación matar a Cecilius no sería suficiente. Incluso usando cada gramo de poder disponible en este edificio, solo quizás en alguna manera se podría intentar forzar un empate, claro si es que añadimos a Halibel también.



"--Voy a pensar en ello."



Afortunadamente, el muchacho no ordenó esto apresuradamente, en vez de eso solo se limitó a dar palabras de rechazo.

Con eso, el alivio se extendió por toda la habitación, y los hombres observaron la espalda de aquel jefe que se marchaba. Esa agitación fue debido a la incapacidad de Cecilius para leer el ambiente, esa fue recientemente una de las mayores preocupaciones de Halibel.



"Al igual que usted, tomar la responsabilidad por este tipo de grupo no es algo en lo que tenga mucha confianza..."



Agitando el kiseru que sostenia en su boca, de arriba hacia abajo, Halibel miró a la figura que se iba de ese chico. (St: Un Kiseru es una pipa tradicional Japonesa.)

En primer lugar, era porque Halibel se encargaba de los empleados de mayor rango, guardias y tareas similares. Sin embargo, ya sea dentro o fuera de la mansión, las amenazas que podría significar alguna amenaza fueron pocas.

Algunos fueron vencidos tan solo por el miedo, y muchos otros simplemente desconocían de su existencia.

"――――



Con sumo cuidado, Halibel vigilaba a ese chico que observaba y evaluaba todo con los ojos entrecerrados.

En este edificio, no solo la sala de recepción era la que estaba decorada con diversas obras de arte y pinturas. Para poder mantener esta riqueza deslumbrante, todo su cuerpo estaba siendo usado para protegerla.

Al mostrar la autoridad de esta riqueza y al presumirla, se pudo evitar la creación de muchos enemigos innecesarios, ese era el plan previsto.



"Ganar sin pelear", había dicho el chico, pero en definitiva eso sonaba algo raro.(Nota: " Ganar sin pelear" es una frase escrita en el libro "El arte de la guerra de Sun Tzun" .)



Por supuesto, como era de esperarse, la riqueza y el poder abrumador estaban sujetos a los celos y la envidia de los demás. En última instancia, cualquier cosa que hagas provocará que aparezcan enemigos. El método de este chico consistía, simplemente en reducir el número de ellos.

Y cuando esa cantidad se redujera, solo sería necesario tratar con el resto usando la fuerza bruta más adelante.



"Halibel-san... por favor vigila apropiadamente a Cecilius para así evitar que explote".



"Entendido, déjamelo a mí, jefe. En cambio, creo que el jefe debería ir a ver a la princesa".



"Bien."



El hecho de que hubiera aceptado la sugerencia de Cecilius, tal vez le molestaba. Quizás era por eso que el chico respondió con unas mejillas distendidas.

Aunque esos dos pares de patas se adentraron hacia delante, en la parte más profunda de este edificio llamado Pandemonium , llegaron a la puerta de la habitación, que estrictamente estaba siendo protegida.



――― En esa puerta, había tantas cerraduras que, si una persona la estuviera viendo por primera vez, esta solo podría atinar a temblar, había tantas llaves y con ellas muchas cerraduras, las cuales todas ellas yacían cerradas.



La cantidad de cerraduras se acercó a cincuenta, mostrando claramente la importancia de lo que había al otro lado de esta puerta, así como también la naturaleza meticulosa, tenaz y obsesiva de la persona que la había diseñado.

Pero, sobre todo, lo que hizo más obvia la obsesión del cuidador fue el hecho de que, las llaves para que pudieran encajar en esos orificios y así abrir la puerta, ninguna de ellas existía en este mundo.

Para ponerlo simple, está puerta por cualquier método normal, nunca podría haberse abierto.



Entonces lo que se necesita para abrirlo era...――



"---Puck."



“Me llamaron, y por eso estoy aquí presente nanyanyanyan.”



Al recibir la llamada del chico, con una voz extenuante y destellos de luz excesivos, un gatito de pelo gris apareció súbitamente en el aire.

Visto desde afuera con una actitud tonta y una apariencia linda, pero dentro de él yacia un poder absoluto, ese era el Gran Espíritu... La existencia conocida como Puck, flotó y aterrizó en el hombro del chico.



"Estás aquí otra vez después de un largo tiempo, ¿Es Lia la razón por la que viniste?"



"La puerta, ábrela".



"Mmh, qué fue eso, ¿ese tono? Si arruinas el estado de ánimo del padre, puede que él no te deje ver a su hija, si conoces los sentimientos de un padre que tiene una hija de una edad tan madura, si pudieras entender que cosa más me haría... Hazme feliz.."



"Puck."



El chico lo llamo, y así sobre su hombro, Puck estaba dejando acariciar sus bigotes…

Al ver la cara de ese chico marcada con esos círculos oscuros y profundos, Puck dijo algo así como "Ara-ara", y así dejó escapar un suspiro.



“Lo soportaste bien hasta que te dejaron temblando ansiosamente de nuevo, así que no se puede evitar. Ese esfuerzo tuyo es encomiable, así que lo dejaré pasar solo por esta vez".

Dicho esto, con aires de satisfacción, Puck juntó sus cortos brazos y señaló hacia la puerta. Siendo a través de esos orificios que carecían de llaves, por los cuales brotó una luz tenue.



Con un sonido de "click".

Poco después, las luces débiles se convirtieron en llaves hechas de hielo, y al entrar en la puerta se escuchó una canción de apertura.



El método para abrir una puerta que no se abría por ningún método convencional... El secreto era crear una llave que no existía aún este mundo.

"Bueno, hurgando en ese punto ciego, da la idea de que, si hay un ojo de cerradura, entonces uno solo debe encontrar una llave que coincida con él, esa sería la forma de pensar correctamente". Pero si alguien más intenta imitar esto, se convertiría en un asunto difícil para ellos".



"Pero no solo es eso, también hay un hechizo mágico allí, así que si alguien que no fuera yo intentara algo similar, inmediatamente las noticias llegarían a ti y a mí, y entonces para ese momento definitivamente ya estaría allí con Lia".



"Eso está bien."



A las palabras de Puck, Halibel llegó a comprender y estuvo de acuerdo en eso.

Sin siquiera prestar atención a esa respuesta, el chico puso su mano en la puerta abierta y se detuvo. A su espalda, con una cara fingiendo inocencia, estaba Halibel. Mirando hacia la cara de aquel chico.



"Halibel-san, puedes irte ahora".



"¿Es eso así? Pero yo también debería saludar a la princesa a veces, ¿no crees que...?



"Puedes irte ahora."



Esas palabras dichas sin pensarlo mucho, expresaron un rotundo rechazo.

Halibel término por aceptar que este era un rechazo definitivo. Esto no era algo que valiera la pena morder y negarse a ceder, así que Halibel mordió su kiseru y retrocedió.

"Si algo sucede, está bien llamarme".



"――――



Ese chico parado aún en la puerta, estaba dándole una señal de advertencia con su mano. Halibel término por darle la espalda.

Hasta que dobló la esquina, y ya no se podía ver como la vista de ese chico le atravesaba la espalda.

Siempre con tanta vigilancia, más que lleno de precaución, tenía más miedo que cualquier otra persona. Ese era su jefe.



"Ah, incluso si lo digo así, usted definitivamente no me llamará en para ese momento".



Al murmurar con indiferencia, Halibel arrojó humo de su pipa mientras miraba por encima.

El humo golpeó el techo, y sin lugar a donde ir, se dispersó.




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