Re:Zero If Oboreru (Ruta de la ira) Cap 2

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- Re: Ahogando la vida en otro mundo desde cero.

Todos los derechos le pertenecen a Tappei Nagatsuki, el autor original de Re: Zero Kara Hajimeru Isekai Seikatsu, esta es una traducción hecha por un fan para fans, sin fin de lucro alguno.

Traducido por: Amatsuhito Mikaboshi

Corrección y detalles: Stalyn

Fecha de publicación 01 de Junio del 2019.

Capítulo 2

── Ese día, la mansión del marqués Roswaal L. Mathers sucumbió de forma silenciosa.

La primera en notar el colapso fue una mujer, ella más que ninguna otra persona luchó de forma desesperada por mantenerla, debido a eso, se le podría considerar una persona de actitud cruel.

"────"

En el pasado, el señor de la mansión, Rosswal L. Mathers, le había dado un gran favor a ella, y ahora quería saldar su deuda.

Cuando se enteró que las sirvientas a cargo de la mansión ya no estaban, ella se dispuso a apoyar a el marqués, ya que sabía que el propietario no tenía a nadie, el cual pudiera cuidar de él.

La mirada de Roswall estaba oscura, mirando al vacío. No tenía vida, estaba pálida.

(Nota: Probablemente ya lo sepan (aunque quizás algunos no) Roswaal posee ojos de diferentes colores (uno de azul y el otro de amarillo.)

Incluso esas dos pupilas de diferentes colores, habían cambiado su aspecto. Y esto le causaba un gran dolor a ella. Nota: Las pupilas son el tejido responsable de la coloración del ojo.)

Si se tuviera que describir detalladamente, tendría que ser llamado por peculiar, pero en realidad era más extraño que eso. Ese maquillaje de payaso perfectamente siniestro, e incluso esa extraña estética suya que se asemejaba a unas uñas capaces de rasguñar los sentidos, todo aquello, lo cual convertía a Roswaal en quién era, había perdido su luz.

Después de tener tal reunión con él, Frederica apretó fuertemente su mano en forma de puño.

Esto no puede acabar así. Por el bien de ellos, yo debo...

Si ella desistiera de proteger su posición, si tan solo eligiera eso, entonces su desesperación se volvería aún mayor, ese era su pensamiento. Ella no estaba pensando en si se podría hacer algo, sino más bien en centrarse en la esperanza y querer hacer algo, por esa razón ella había comenzado a actuar.

Para levantar la mansión una vez más, se movió, e incluso si no sabía cómo, con una mano en busca de cooperación, corriendo por todos lados, arrastraría a su amo por el brazo todos los días.

Frederica no albergaba pensamientos tales como “Parar” “desistir” o “rendirse”

Incluso de vez en cuando sentía un dolor tal, que creía que sus piernas serían cortadas. Aún así, y ante todo, siempre levantó su cabeza con determinación, y continuaba.

“Si me rindo en este momento, entonces no seré digna de mirar los rostros de aquellos que son preciados para mí”

En algún punto, se había olvidado de reír. En algún momento, se había olvidado de pasar la noche de manera tranquila, descansando como se es debido.

Incluso entonces, Frederica desesperadamente, trató de proteger a las personas que amaba, de no soltar las burbujas que se extendían sobre el agua y así poder agarrarlas con las manos.

A pesar de todo eso...

"─ ─ Ah"

Cuando Frederica finalmente se dio cuenta, ya era demasiado tarde para todos en la mansión.

En ese pasillo blanco, cuando esos zapatos suyos estaban ya congelados, sabía que su mundo se había volcado, no reconocía dónde estaba.

La vista de la antigua mansión que le era tan familiar, se había vuelto claramente diferente de lo que ella recordaba.

El corredor cuidadosamente limpiado, la cocina donde ella había cocinado, y donde había trabajado con sus manos para aquellos que necesitaban su cuidado, frente a sus ojos ahora se había convertido en un mundo blanco nublado.

Y en cuanto a quién había hecho todo esto...

“Gran Espíritu-sama ..."

"Lo siento, Frederica, no tienes culpa alguna de esto. Es solo que, si deseó proteger al ser más preciado para mí, es esta la mejor decisión puedo tomar"

Dicho esto, mostrando su rostro y flotando en el aire, era un pequeño gato de pelaje gris.

Tan pequeño como para caber en la palma de la mano, si así él lo desease. Pero ese pequeño cuerpo albergaba el poder definitivo, esa era la descripción apropiada para este ser.

Ella no quería creerlo. Pero ahora no había razón para dudar de aquello.

Ahí estaba el que había cambiado la mansión a tal extremo de blanco.

"Por qué, haz hecho est..."

“Ya lo dije, todas mis acciones son por Lia. "Lia saliendo del bosque", ese acto es lo que ella quería hacer. Para la seguridad de ella, eso es lo que pensé... Pero este lugar ya no vale la pena. Ella debe haberse ido a otro lugar.

"────"

“Roswaal fue un error mio. Ese hombre es solo un niño lamentable.

Sacudiendo la cabeza, Puck le disparó con voz sin emoción alguna.

Ante esas palabras, Frederica dejó de respirar. Y con eso, sus afilados colmillos tenían una presión tremenda, gracias a la fuerza con la que Frederica los apretaba, y es que los apretaba con ira.

"─ ─ El amo de esta casa, siendo insúltado frente a mí, yo, como su sirvienta, no puedo perdonar esto".

“Tú también eres un niño lamentable. Solo eres tú quien está desesperada por proteger este lugar, que ya está acabado.”

"Por favor, deja de hablar como si te estuvieras refiriendo al pasado, aún esto no ha terminado.”

 Aún sin tener alguna oportunidad contra el Gran Espíritu, Ella le habló de manera agresiva.

Mirando frente a él se encontraba Frederica, y lo que dijo. Este gatito entrecerró sus ojos redondos y miró con lástima a esa persona. Ese movimiento y expresión en una existencia que, en cierta medida, olía a humanidad, Frederica se inclinó hacia delante y bajó su cuerpo.

"Emilia se pondrá triste".

Esa breve vacilación del pequeño "Gran Espíritu" podría darle la victoria, esto era lo que Frederica esperaba.

Pero...

“Desafortunadamente, ya que soy débil ante Lia. No puedo pasar por delante de mi hija, ya lo sabes. Es por eso."

Incluso un momento de vacilación, una pequeña apertura, de ese "Gran Espíritu" no apareció.

A medida que el mundo se congelaba, la diferencia entre ella y Puck se reflejaba ante sus ojos, mientras apretaba firmemente sus dientes.

Aunque este fuera el comienzo del arrepentimiento o del dolor, ya era demasiado tarde para poder sentirlo.

Sólo sopló una simple brisa blanca, y de ahí la mujer llamada Frederica se quedó congelada.

El colapso de la mansión Roswaal, estaba comenzando.