【Re: Zero - If Oboreru】
-【 Re: Ahogando la vida en otro mundo desde cero.】
Todos los derechos le pertenecen a Tappei Nagatsuki, el autor original de Re: Zero Kara Hajimeru Isekai Seikatsu , está es una traducción hecha por un fan para fans, sin fin de lucro alguno.
Traducido por: Amatsuhito Mikaboshi
Corrección y detalles: Stalyn
Fecha de publicación: 23 de Agosto del 2019.
Capítulo 13
Saliendo de la recepción,
con Halibel corriendo por el castillo. Purge King, ese joven jefe, su amo,
Subaru Natsuki, estaba sonriendo.
Subaru: Si hubiera
tomado a Felt como rehén... Me pregunto si eso habría sido una buena idea.
Entonces, ¿Con eso
podría haber parado los movimientos de Reinhard?
Subaru: No, en lugar
de eso sólo terminaría por ganarme la ira de Reinhard. Un escenario donde hubiera
tenido que luchar contra un Santo de la Espada lleno de ira. Sería lo más probable.
Así de fácil fue
emular el flujo de la situación.
Mientras que el 『Pandemonium』colapsaba, Subaru, por alguna
razón, estaba pensando cómo se hubieran tornado los sucesos de otra forma.
Halibel: Según los
sentimientos del jefe, diría que se está divirtiendo...
Mirando atrás de él, y
del camino hacia delante.
Cuánto sufrimiento
había causado ya, Buscando las debilidades de muchas personas, recibiendo su
odio, gobernando sobre las vidas de sus oponentes, tomándo las vidas por puro
capricho...
No, el capricho, nunca
estuvo allí.
Si alguien pensaba que
él estaba jugando, pues entonces ese sería un gran malentendido.
Después de todo, luego
de haber tenido que luchar tan duro, él no tendría ningún significado que poner
en su esfuerzo, ¿capricho?, Algo como eso nunca se le pasó por la mente.
Subaru tenía un intenso
miedo hacia el mundo, así de terrible era...
Presentándose a él con
una gran sonrisa, pero dentro de sí mismos escondiendo un malicioso deseo. Para
ellos, escondía la verdad de su corazón. Y es que temía que las personas se
movieran con un sinfín de intenciones.
Preocuparse por si
aquellas personas que se encontraban a su servicio, creían en él o no, no era más
que una completa estupidez.
Es por eso que Subaru
había escogido una forma de simplificar la gestión para las relaciones humanas.
"Todos los seres
humanos dicen mentiras"
Así que, aunque todos
los humanos odiaran a Subaru, no habría ningún problema para el tipo de mundo
que sé estaba construyendo.
Había una debilidad
sin importar quién fuera la persona. Una familia, un amante, riqueza, sueños,
esperanza.
Fue debido a eso
que...
"Si las
debilidades de cada ser humano en el mundo pudieran ser descubiertas…"
Entonces, Subaru ya no
tendría por qué dudar de alguien.
En un mundo de "blanco
y negro", en un mundo sin matices en el que no se podía confiar,
alimentándose del odio, solo así podía vivir cómodamente.
“――――”
Siguiendo a Subaru, Halibel,
quien era el transporte de su escape.
La figura de Halibel, la
cuál Subaru observaba, no podía ver su verdadera forma.--- Su aspecto se veía de
blanco y negro. Blanco y negro, con sólo esos dos colores se le podía percibir.
“――――”
Percibiéndolo de color
monocromático, pero Halibel no era el único.
En este momento, el
mundo, tal y como lo veía Subaru, había perdido sin excepción sus colores. Y siguió
así, hasta el punto de ahora sólo veo dos personas a color.
Personas, objetos,
pinturas, herramientas, joyas, piedras mágicas, sangre fresca, agua, todo era de
blanco y negro.
La sangre y el agua no
parecían ser diferentes, e, incluso, no podía distinguir de la sopa y el veneno.
Siempre en monocromo, en
blanco y negro.
En este mundo, para Subaru
solo eran tres las que aún conservaban sus colores.
Subaru creía que sólo
ellas eran verdaderas.
Todos los demás son
falsos, Subaru creía eso.
Era Beatrice y…
Era Emilia.
Y también… Y también..
De cualquier forma, Subaru
no podía creer en quien sea, que no fuera uno de ellos.
Todo lo demás que no
fueran ellos, se verían como carentes de color.
No se convertirían en
mentiras, solo lo verdadero.
Subaru Natsuki estaba
planeado, matando, siempre solo.
Subaru: Tuve un poco
de expectativas en Reinhard.
Tal vez antes de ese
día -si hubiera podido relacionarse antes de que los colores se fueran, quizás
sus matices no se hubiesen desvanecido- es lo que él hubiera esperado.
Sin embargo, se le
había aparecido a Subaru tan "blanco y negro" como alguien que hubiera
acabado de conocer por primera vez. Esa expectativa suya le falló, ese
anteriormente vívido Reinhard, ahora para Subaru solo se veía como una mancha
blanca. Se veía tan sucio.
Al final y después de todo,
Reinhard también era hijo del hombre.
No había duda de que
él también seguía viviendo mientras mentía. Pero a pesar de eso, quería creer
que...
???: ¡Amo...!
Desde dentro del
castillo, corriendo hacia Subaru, una fuerte voz se escuchó.
Lo que se podía ver,
desde el otro lado del pasillo que corría hacia ellos, era a la criada de pelo
largo Frederica. Aunque difícil de percibir, la fuerte impresión que daba esa
cara, hacía que fuera muy fácil de poder recordar.
Subaru había
encontrado en secreto a Frederica. Pero entonces...
Federica: ¡Resuelva esto...!
Aterrizando su pie en
el suelo, para así buscar con total sinceridad el arrebato de su vida, pero en
cambio aquel amo sólo pensaba que su lado de gritona era lindo.
Por supuesto, que las
acciones de Frederica, por parte del más fuerte de Kararagi, no serían toleradas.
Frederica: ¡Ah, eug!
Al quitarle la daga
que tenía en la mano, Federica, con el brazo roto, había sido empujada contra una
pared. Era Halibel quién había hecho esto, Frederica sólo podía mirar con la
cabeza inclinada hacia un lado.
Frederica: ¿Por qué
está haciendo esto, Halibel-sama? En esta situación, cuando las cosas han caído
hasta tal punto, ¡esa persona.....!
Halibel: Podrías
matarlo. Eso que piensas, yo también lo sé. Los niños que fueron atrapados por
su debilidad, si matarás a Su-san ellos podrían ser liberados, incluso yo lo tengo
muy claro.
Halibel miró a
Federica con los ojos entrecerrados. Con esa luz, vista de cerca, desde la
delgada garganta de Frederica se oyó un sonido silencioso.
Halibel: Desafortunadamente
para ti, no sigo al jefe por mis debilidades. Sino para devolver la amabilidad que
Su-san me mostró, es por eso que le sirvo.
Frederica: ¿¡Amabilidad!?
¿¡Amabilidad!? ¿De este hombre? ¡Deje de jugar....!
Sujetada contra la
pared, con los ojos inyectados en sangre, Frederica miró fijamente a Subaru.
Esos colmillos ya afilados crecieron, y esos delgados dedos femeninos,
comenzaron a transformarse a un estado grueso, fuerte y bestial.
Subaru: ¡No importa lo
que pase....!
Halibel: ¿Su-san?
Tirada en algún lado, esa
sirvienta de combate, Frederica, en algún momento había logrado ponerse de pie.
Frederica abrió los
ojos, y llamó a Halibel, pero Subaru no se detuvo. Frederica levantó el brazo
desesperadamente, para así poder cortarle el cuello a Subaru.
En ese momento, la
bufanda envuelta alrededor de su garganta se desabrochó, y éste se alejó en un revoloteó
por el aire.
Frederica: ―――Hu.
Frederica, al ver
esto, hizo un sonido desde el fondo de su garganta.
Halibel, también, al
ver esto por primera vez, reveló una leve sorpresa.
En el cuello de Subaru
Natsuki, claramente a la izquierda, se encontraban unas marcas en forma de dedos.
Subaru: No servirá,
Frederica. No puedo morir por el blanco y negro que eres.
“――――”
Ante esa Frederica
congelada, Subaru se acercó a su cara, y lo afirmó con certeza.
Tal vez, si se trataba
de Frederica, entonces quizás hubiera podido ver algún color en ella... Pero,
incluso en este momento crucial, Frederica se quedó sin nada.
Subaru: Halibel-san, tomá
a Frederica y vete.
Halibel: Su-san, probablemente, el traidor que atrajo a
ese "Santo de la Espada" fue...
Subaru: Lo sé.
Luego de cortar las palabras
de Halibel, Subaru miró a Frederica, la cuál era incapaz de mover tan siquiera
un centímetro de su cuerpo.
Incluso sino lo
hubiera dicho, pasaba a ser obvio. Era comprensible que Frederica hubiera hecho
tales cosas en secreto, si eso traería el fin de su tratamiento actual.
--No, esto no se
limitaba solo a Frederica. Sino hubiera sido ella, esa otra persona lo habría
hecho igualmente. Tan solo fue un error de cálculo, que sólo haya sido ella.
Subaru: No tienes que
volver, Halibel-san. A mi manera, iré a arreglar las cosas.
“――――”
Subaru: Si quieres pagarme
por mi "amabilidad", entonces, esto sería más que suficiente. Aunque,
en primer lugar, no había razón para sentirse agradecido... Sobre lo que hice,
solo era yo siendo astuto.
Sacudiendo la cabeza,
Subaru le mostró una ligera sonrisa a Halibel.
Quizás Halibel, con respecto
a Subaru, realmente le había servido con plena sinceridad. Sin embargo, en
Halibel tampoco se pudo ver ningún color.
Tal vez, una vez que
el color se perdiera, no volvería a aparecer.
El derecho a creer, eso
fue algo que Subaru había perdido ya hace mucho.
Así que ahora, ni uno
solo de ellos le colorearía el mundo, puede ser eso.
Ahora en adelante, solo
se aferraria a ella..
Halibel: Realmente me hubiera
gustado que yo y Su-san fuéramos amigos.
Subaru: Si tan solo no
hubiera huido, quizás eso podría haber ocurrido.
Aceptando las
intenciones de Subaru, Halibel, con esas cortas palabras, simplemente dijo
adiós.
Esto se debía a que
Subaru consideraba que un mayor intercambio de palabras se hubiera visto
realmente inapropiado.
En este final, y para
esa persona que podría haber sido su amigo, le apetecía lucir genial.
Subaru: “Frederica"
“――――”
A ese llamado,
Frederica lentamente se volvió hacia él.
A su sirvienta, la cuál
ya había perdido la moral, Subaru dudaba sobre como transmitírselo. pero...
Para transmitirle esto
a Frederica, porque él lo había oído de ella...
Subaru: "La
comida, siempre estuvo deliciosa" es lo que ella quería decírte.
--Tal vez en esa
extraña expresión que hizo Frederica, se encontraba el significado de ella
misma...
Incluso en el final, Subaru
Natsuki, debió haberse visto como un monstruo ante sus ojos.
Eso está muy bien.
Incluso si es así, no importa. Pensando que había actuado.
Aunque el resultado
que quería ver, no lo había conseguido, pero más importante que eso...
Subaru: Entonces ¿Ahora
adónde debo ir? Me pregunto.
Halibel se llevó a Frederica
para luego desvanecerse entre las sombras, desapareció.
Dejado atrás, Subaru Natsuki
estaba solo en el colapso de sus sueños.
El Pandemonium
temblaba constantemente, y eso era la evidencia de que, en alguna parte, la
batalla entre Reinhard y Cecilus aún continuaba, aunque también podía escucharse
desde lejos unas voces que clamaban por venganza, mostrando que no sólo
Reinhard, sino también los oponentes que habían aprovechado la oportunidad,
podían ser encontrados aquí.
Enemigo, enemigo, enemigo,
enemigo. Sólo con enemigos.
No se pudo evitar que
haya tenido que vivir así.
“――――”
Subaru había alcanzado
una bifurcación, y es que en su camino por solo un momento, dudo, de a dónde debía
ir.
Yendo a la derecha, se
encontraba la habitación de Emilia, la cuál había apoyado a su débil yo.
Yendo a la izquierda, se
encontraba lo que su yo débil había tomado como una especie de apoyo para si
mismo...
“―――Umu.”
¿Dónde debería ir?, Enfrentandose
a las opciones, pero en ese momento...
Alguien que corria le clavó
un cuchillo afilado a su costado.
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